Estamos, nosotros y nuestras organizaciones, inmersos en un sistema complejo, es decir, un sistema en donde sabemos cómo empiezan las cosas, pero no sabemos cómo terminan. Eso ocurre debido al gran número de interacciones y a los efectos colaterales de todas nuestras acciones. Un líder debe entonces ejercer su liderazgo teniendo en cuenta estas condiciones. Antes la complejidad se trataba de un rompecabezas de muchas piezas, pero en donde la estrategia era la eficiencia para usar menor recursos. Hoy se trata más de un ajedrez en donde el tablero cambia en cada jugada.

Estamos navegando en un entorno complejo que requiere que nosotros estemos habilitados para pensar en forma estratégica, que podamos entender las causas y consecuencias de los diferentes elementos. Uno de los mayores errores de las personas en sus diferentes ámbitos es pensar en forma táctica y en el corto plazo.

Requerimos aprender a pensar con estrategia, tener en cuenta el largo plazo y ejecutar en el corto plazo conforme. La teoría de guerra es abundante en conceptos útiles en la estrategia.