En la película Class Action se presenta una temática muy interesante, que aparentemente no es tan irreal, pues se dice que es la escenificación de una situación de una de las empresas más importantes de la industria automotriz americana, que incluso es un caso de ética de Harvard.
En esta película, los usuarios del carro Meridian deciden iniciar contra el fabricante de dicho carro, una class action, que en la legislación del derecho romano sería una acción de grupo. Esta acción era para demandar al fabricante por su responsabilidad en el diseño del carro, dado que ya eran muchos los casos de muertes de conductores de estos carros. Los usuarios decían que cuando el carro era chocado en cierta parte y bajo ciertas circunstancias, el carro explotaba y su conductor moría.
Lo interesante y horripilante es que el fabricante estaba al tanto de esta situación, pero su departamento de estudios especiales presentó un estudio comparativo entre el costo de arreglar cada uno de los carros en el mercado (vgr 600 millones) y pagar las muertes que estadísticamente se pronosticaban (vgr 300 millones). La matemática les dijo que era mejor que se murieran las personas. Esta es una forma sádica de ver las bellas matemáticas y llegar a comportamientos poco éticos.